El sol se colaba por la ventana y entre las
cortinas iluminando el rostro de un cansado Hong jong hyun, su peor enemigo se
atrevía a interrumpir su sueño por lo que giro su cabeza y se cubrió con las
sabanas de su cama, creyendo que había solucionado su problema y que se
encontraba nuevamente en paz para seguir durmiendo, pero no esperaba que una
llamada insistente interrumpiera su sueño definitivamente.
-¿qué quieres?- dijo un malhumorado Hong
jong hyun, lo que más odiaba era ser interrumpido en sus horas de sueño
-¡¡¡¡yaaah!!!! ¡Hong jong hyun te atreves a
hablarle así a tu hyung!- al otro lado del teléfono un soo hyuk bastante
hartado perdía sus últimos momentos de paz -¿acaso olvidaste que hoy nos
juntaríamos con Young kwang en la cafetería de siempre?... será mejor que
muevas tu trasero hasta acá, tienes treinta minutos…- dijo finalmente para cortar
la llamada y dejando a un Hong jong hyun con el teléfono en sus manos sin
posibilidad de réplica.
Hong jong hyun no tuvo más opción que
levantarse de su suave y cómoda cama y dirigirse hacia el baño, para su suerte
la cafetería donde se reunía por lo general con sus hyungs quedaba
relativamente cerca de su departamento por lo que podía darse el tiempo
suficiente para vestirse y arreglarse lo suficiente antes de salir. No tenía
intención de destacar ya que últimamente gozaba de mucha fama como actor y
modelo, así que se vistió con unos jeans negros una polera blanca, una gorra
negra y una máscara del mismo color para ocultar su rostro, tomo las llaves que
se encontraban en la mesa a un lado de la puerta de salida y salió en camino a
la cafetería.
Las calles que Hong jong hyun recorría las
conocía de memoria desde su infancia, pero nunca se cansaba de caminar por
ellas y observarlas, sentía como que cada día algo nuevo ocurría en ellas, pero
jamás pensó que lo que ese día ocurriría cambiaria todo su futuro. Caminaba
tranquilamente por una de las calles cuando se detuvo en una esquina esperando
que el semáforo cambiara de color para poder cruzar, cuando frente a él en la
otra esquina vio a una abuela con muchas bolsas comenzar a gritar y se agachaba
a recoger las frutas que habían caído al suelo y que ahora rodaban
peligrosamente hacia la calle, pensó que era cosa del destino y solo esperaba
ver cómo estas eran aplastadas por los vehículos pero lo que le sorprendió fue
ver como una chica bastante poco temeraria se lanzaba a la calle a recoger
todas las frutas que habían rodado al centro de la calle sin siquiera mirar a
los vehículos que transitaban por ahí, cuando de pronto vio como un auto se
acercaba peligrosamente a la joven y no encontró mas forma que lanzarse a la
calle y arrojarse a ella para hacerla a un lado.
La abrazo con todas sus fuerzas esperando
que por acción divina ambos se salvaran de ser arrollados, cuando escucho a
gente que se acercaba a ellos preguntándoles si se encontraban bien, se separó
unos centímetros de aquella chica para darle una reprimenda por aquel acto
descuidado pero toda idea de desquitar su odio desapareció cuando la vio a los
ojos y pudo ver el miedo que tenía y las ganas de llorar que se agolpaban en
sus ojos.
-¿estás bien?...- fue todo lo que jong hyun
pudo decir al verla
-yo… yo… ¡ah! Las frutas de la abuela…-
dijo mientras miraba las frutas que se encontraban en sus brazos –que alivio…
están a salvo…-
-¡yah! No deberías pensar en las frutas. No
sé si lo has pensado pero estuviste a punto de ser atropellada por culpa de
ellas…- Hong jong hyun se estaba comenzando a hartar de su forma de pensar.
La chica se separó de los brazos de jong
hyun sin responder y se dirigió a la abuela que se encontraba en estado de
shock por todo lo ocurrido. –Abuela aquí están sus frutas, fue una suerte que
no les ocurriera nada- la sonrisa que ella le daba a la abuela desconcertaba aún
más a jong hyun y de cierta forma le fastidiaba, se levantó del suelo y camino
hacia ella para exigir una explicación por su forma de actuar.
-¡yah! ¿Acaso no piensas que pudiste haber
muerto por unas simples frutas?- le decía esperando una respuesta de aquella
chica irresponsable, sin duda las chicas menores eran irresponsables y una pérdida
de tiempo.
-tal vez para ti el reponer cosas puede ser
lo suficientemente fácil… puedo decirlo por tus ropas que a pesar de ser
simples son todas de marca… pero para una persona mayor el dinero es algo
importante y no tienen los medios como para pagar por cada cosa rota…- la chica
le había dado frente y sin temor lo había mirado a los ojos desafiantemente
–ahora ayúdame a ordenar sus cosas y a acompañarla a casa- Jong hyun estaba desconcertado, jamás lo
habían encarado de esa forma y menos le habían dado instrucciones una completa
desconocida pero de alguna forma le hacía gracia - ¿Por qué debería hacerlo?-
se conocía, lo haría de todas formas pero encontró gracioso hacerla enojar por
lo que le pregunto de la forma más seria posible.
-porque eres el único hombre que veo aquí,
y probablemente con la fuerza necesaria como para llevar todo esto, ahora
muévete no ves que la abuela no puede con todo sola…- dijo mientras tomaba
algunas cosas y le pasaba el resto a él, tomo uno de los brazos de aquella
persona mayor y le pregunto delicadamente hacia donde era su hogar a lo que
ella le respondió y le dio las gracias por aquel acto considerado heroico por
la mayor.
Una vez que llegaron a la casa de la
anciana y dejaron todas sus cosas se despidieron amablemente y ella les regalo algo
que ella denomino como un amuleto de la buena suerte a lo que la chica dio las
gracias mientras jong hyun solo asintió con su cabeza. Inconscientemente
caminaron juntos hasta el lugar donde una hora antes todo había ocurrido. Al
llegar a la esquina jong hyun iba a preguntarle el nombre a aquella joven pero
fue interrumpido por el celular de esta.
-¿aló? Sojin eonnie… si… estoy en camino… si,
lo se pasare por tu casa para esas cosas de maquillaje y demás que tú sabes
hacer… si lo sé, pero te recuerdo que yo no estaba de acuerdo con conocer a los
amigos de tu novio…está bien nos vemos…- en eso la luz del semáforo cambio a
verde y ella comenzó a caminar hacia donde jong hyun se encontraba antes de que
todo ocurriera, la hubiera dejado ir así como así pero ni siquiera se había
despedido así que pensó molestarla una última vez, después de todo jamás la
volvería a ver.
-¡AUNQUE TE MAQUILLES SEGUIRAS SIENDO
IGUAL! ¡NO GASTES TIEMPO NI DINERO!- le grito mientras aguantaba la risa que
estaba por salir como una explosión de su boca.
-¡HEY! No es de tu incumbencia lo que haga
o deje de hacer, hombre antipático- le dijo mientras cruzaba la calle y le
dedicaba lo que jong hyun denomino un tierno merong.
-¡CUIDATE HEROÍNA Y RECUERDA NO SALTAR A LA
CALLE!- fue lo último que le dijo para luego darse la vuelta en dirección a su
destino real con una sonrisa de oreja a oreja, probablemente le contaría a sus
amigos aquel momento de locura por el cual había tenido que pasar.
Crédito portada: Alondra
Créditos fanfic: Paola Rojas Toledo
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